Existen dos tipos de guías que se utilizan comúnmente en las puertas correderas: las guías laterales y las guías fijas en el piso.
Las guías laterales son aquellas que se instalan en las secciones laterales de la puerta. Estas permiten un desplazamiento suave y silencioso, lo que las hace ideales para áreas con un alto tráfico de personas o máquinas.
Las guías fijas tienen una instalación directa con el piso, lo que proporciona una mayor estabilidad y seguridad en la puerta. Estas son ideales para áreas con un tráfico intenso de máquinas y cargas pesadas, ya que su diseño robusto y resistente permite soportar grandes pesos.
Ambas opciones son seguras y confiables; sin embargo, en caso de que una puerta corredera sufra algún tipo de impacto o golpe, las guías laterales pueden desajustarse, mientras que las guías fijas en el piso ofrecen una mayor protección en caso de accidentes.
Las guías fijas son más resistentes y duraderas que las guías laterales. Esto se debe a que su diseño sólido y resistente les permite soportar grandes pesos, lo que las hace ideales para áreas con un alto tránsito de cargas pesadas.
Ambas opciones cuentan con una amplia variedad de servicios de reparación en caso de fallos o averías. Sin embargo, debido a su diseño más complejo, las guías laterales requieren un mantenimiento más frecuente para garantizar su correcto funcionamiento y evitar su desgaste con el tiempo.
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